La respiración consciente: empieza a ponerla en práctica ahora.
Sabemos que respirar bien y de forma consciente trae múltiples beneficios, a nivel físico, mental, emocional y espiritual.
Según investigaciones científicas (Revista Investigación y Ciencia) la respiración influye en la representación espacial y la atención. Ejerce efectos maravillosos en el funcionamiento de nuestro cerebro. También el ritmo de la respiración es probable que influya en la memoria a largo plazo.
Además de respirar involuntariamente, y de forma absolutamente natural si ponemos atención en la respiración, podemos modificarla y controlarla, y de esa manera poder tranquilizarnos en situaciones tensas, dar espacio entre acción y reacción e incluso relajarnos y calmar la ansiedad.
La respiración, como muchos saben, es el ancla en nuestro presente, poner el ojo en la respiración es poner el ojo en cómo estamos, cómo nos sentimos y hacer STOP. Observarnos y traer nuestra mente al aquí y ahora.
Muchos tendrán dudas acerca de cómo respirar mejor o cuál es la forma de hacerlo correctamente, así que allá vamos...
¿Estoy respirando correctamente?
Una respiración correcta es una respiración en donde inspire por la nariz y espire por la boca. La inspiración es la acción por la cual tomamos aire del exterior hacia nuestros pulmones y la espiración cuando expulsamos ese aire.
La razón por la cual inspirar por la nariz es conveniente es porque funciona como barrera de protección natural, una especie de filtro, purificando, humidificando y regulando la temperatura de nuestro aire.
Aclaro que no uso las palabras inhalación y exhalación, aunque es la forma más usual de decirlo, porque se refiere a inhalar y exhalar algo tóxico (gases, humo, etc).
Depende de la actividad que estés realizando pueden utilizarse diferentes respiraciones. Por ejemplo en el yoga se inspira y espira por la nariz, pero hay pranayamas que tienen retenciones de aire o son alternas.
Si salgo a correr puedo combinar nariz y boca, aunque para coger aire rápido conviene por la boca. Lo mismo para ejercicios intensos.
Con estos cambios de clima, y los virus que andan dando vueltas, es muy común tener la nariz tapada. En esos momentos nos damos cuenta de la importancia de poder respirar correctamente y cómo nos afecta a la hora de dormir por ejemplo, en donde nuestra posición corporal cambia, nos resulta más dificultoso hacerlo y nos afecta la calidad de sueño.
Por eso, en el ayurveda es muy importante hacer lavados nasales para mantener estos orificios limpios para que circule el prana o energía vital.
La respiración diafragmática
La respiración diafragmática tiene como principal protagonista al diafragma. El diafragma es un músculo que se sitúa debajo de los pulmones, y tiene forma de paracaídas.
Para practicar esta respiración, que es beneficiosa tanto para aliviar estrés como para masajear órganos y llevar aire a la zona baja de los pulmones haz este ejercicio:
Puedes tumbarte boca arriba poniendo un cojín debajo de tu cabeza o puedes hacerlo sentado/a en una silla con la espalda recta.
- Pon tus manos en la panza.
- Tomas aire por la nariz intentando que sea una respiración larga y profunda a la vez que hinchas la panza hacia afuera. El diafragma aquí se contrae.
- Espiras suave por tu boca. Tu panza y diafragma volverán a posición normal.
Respiración torácica
En esta respiración intervienen los músculos intercostales, que separan las costillas permitiendo que el aire pase a la zona media de los pulmones.
La puedes practicar en la misma posición anterior:
- Pon tus manos encima de tus costillas.
- Inspira poniendo atención en empujar tus manos con las costillas.
- Espiras suave por tu boca.
- Prueba combinar la respiración diafragmática y la torácica (respiración costodiafragmática).
- Vuelve a inspirar hinchando tu panza y luego continúa hacia las costillas, dejando que se abran. Espiras suave.
Respiración completa
La respiración completa es una combinación de la costodiafragmática y la clavicular. Con esta respiración aprovechamos toda nuestra capacidad pulmonar. La practicas así:
- Pon una mano en la panza y otra en el pecho.
- Toma aire lentamente hinchando la panza, expandiendo costillas y continúa hacia la parte superior de los pulmones.
- Cuando dejes salir el aire, hazlo a la inversa, desde el pecho, costillas y dejando que el abdomen vaya cediendo a medida que sueltas el aire.
Esta respiración busca aprovechar toda nuestra capacidad pulmonar. Es la respiración que usamos cuando meditamos y nos permite calmar nuestra mente y escuchar nuestro cuerpo.
Respirar para conectarnos con nosotros mismos.
La respiración nos permite estar conectados con nosotros mismos con todos nuestros sentidos y desde un lugar presente. Para empezar a meditar u orar necesitamos focalizarnos en nuestras intenciones y poner todo nuestro amor y corazón allí.
Es imposible con una respiración rápida y corta, o enojados o reactivos poder estar en nuestro centro.
Por eso, cuando hacemos algo que nos gusta, estamos en la naturaleza y nuestro cuerpo se siente a gusto, la respiración fluye y nos sentimos relajados, descansados.
La consciencia en nuestra respiración se trabaja, debemos tomarla como hábito. Cuando nos levantamos, cuando comemos, cuando salimos de casa, cuando volvemos a casa, cuando hablamos, cuando alguna situación nos excede.
La respiración debería sonar como una alarma cada determinado tiempo, recordándonos dos cosas:
Que estamos vivos, seguimos respirando.
Que podemos estar mejor y sentirnos bien respirando conscientemente.
Hasta la próxima!
Namasté
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